Las «anomalías» en el espacio profundo generan discusión

*ALERTA de la Federación de Pilotos*

Fenómenos visuales inexplicables en el espacio profundo dan pie a extensa especulación e interés mediático.

No hay terminología oficial para las señales, pero se las llama de diversas formas, la más popular de las cuales es las «anomalías». Se presentan como llamaradas brillantes con brazos radiales que hacen espirales, y emiten una retroacción electromagnética que se detectó mediante un escaneo completo del sistema (ECS).

La primera anomalía se descubrió más allá del sector de acceso restringido Col 70, y ahora se han observado más señales. Múltiples cálculos han confirmado que los objetos están en movimiento, supuestamente a una velocidad superior a la de la luz. Se han hecho estimaciones de sus velocidades y trayectorias, pero las gran distancia obstaculiza una medición precisa.

La aparición de las anomalías tan poco después de la Batalla de HIP 22460 ha hecho que muchos den por sentado que tienen que ver con los Thargoides de algún modo. La afirmación de la secta del Dios Lejano de que se trata de una señal de la inminente llegada de su deidad ha alentado tales temores, pero los primeros análisis no han hallado evidencia alguna de que las anomalías sean de origen Thargoide.

El ingeniero Kit Fowler recopiló varias ideas durante su emisión de End Times:

«Las anomalías podrían ser algún tipo de distorsión hiperespacial generada por un objeto excepcionalmente grande que se dirige hacia nosotros. O tal vez los Thargoides hayan construido un portal dimensional a través del cual sus flotas podrían atacar en cualquier parte. Es posible que hayan disparado un arma destructora de sistemas a Sol, en un acto de venganza contra la humanidad por la Proteus Wave. ¡Tenemos que prepararnos para lo peor!».

Sin embargo, la profesora Elizabeth Perez de Orion University rechazó rápidamente estas teorías:

«Ideas descabelladas como esas demuestran cómo la gente interconecta eventos no relacionados con patrones imaginarios. El progreso científico no ha impedido que inventemos explicaciones antropocéntricas para fenómenos naturales, especialmente cuando sentimos culpa o paranoia».